martes, noviembre 27, 2007

Ruta por la Atalaya


Este fin de semana sorpresa: ruta por la Atalaya. Para mí este sitio es espcial, porque allí me fuí con los amigos de paellas, a tomar litronas, a pasear con mi novia y, allí fue donde más bici de montaña he hecho.

Empecé a montar en bici de montaña con mis primos, sobre todo los veranos. Me había comprado una MTB cutre en Santander, con las pelas que me saqué de dar clases particulares en verano. Nos íbamos a dar vueltas no muy lejos y uno de nuestros destinos favoritos era la Atalaya. Allí destrocé la bici, rompí bielas, manetas del cambio, y terminé doblando la horquilla.

Poco después mi padre me compró la Grisley Mega 10 que conocéis. Con esta, además de con mis primos, me dedicaba a salir con un grupete de amigos. Hacíamos el cabra en la Atalaya, huyendo de los caminos, campo a través total (sobre todo bajando). Buen ejercicio para mejorar la técnica. Buenos tiempos. Después unos se fueron, otros se cansaron la bici, a otros nos salieron otras ocupaciones y poco a poco aparqué la bici.

Con la gente del Séptimo Piñón he recuperado la afición por la bici. Pero el otro domingo por la Atalaya además recordé esos tiempos. Tiempos pasados que no volverán, pero que gracias al Séptimo se pueden revivir. Gracias a todos ellos.

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