sábado, agosto 01, 2009

25 años de Pandorgas

Ayer fue la Pandorga. Hace ya 25 años que me hice con el pañuelo de hierbas, ahí es ná!. La Pandorga es un ejemplo interesante de la evolución de las fiestas populares. Hace 25 años la Pandorga era una fiesta doméstica, tranquila. El concurso de zurra ocupaba solo uno de los laterales del Prado, la gente, paseaba en familia probando las zurras y nadie se tiraba agua y menos vino por encima. Es imposible saber quién fue el primero en llevarse la pistolita. Pero de repente, un año estábamos todos tirándonos agua, lo que, todo hay que decirlo, aumentó bastante la diversión y mitigó el calor. Luego, algún iluminado debió pensar que la manera de evitar que la gente se tirara agua, fluido inofensivo por otra parte, era secar las fuentes y cerrar los grifos. Aquello tuvo como consecuencia que la gente empezó a tirarse zurra, vino y todo lo que pilló.

Como aquello fue creciendo, alguien decidió restringir el número de peñas participantes, con lo que había que tener amigos en ciertas peñas organizadoras o darse mucha prisa para conseguir un puesto en el concurso. Resultado, el personal pasó del concurso oficial, y se montó la zurra por su cuenta, con lo que ya no era necesario esperar a que pasara el jurado, ni a que te dieran los ingredientes, ni a nada, y así, aquello empezaba cada año antes, cada año con más calor, cada año más rebozados en zurra, hasta que la degeneración llevó a trasladar la zurra al recinto ferial, y en esas andamos, parece que con la fiesta estabilizada, aunque yo hace ya unos años que no paso por allí, Dios me libre. Y he de reconocer que en las zurras de la Pandorga me lo he pasado genial muchos años, pero eso ya pasó.

La noche de la Pandorga y los toros de fuego es otra historia. Recuerdo cuando, y el pañuelo debe ser de la época, por las obras del parking de la plaza Mayor, la fiesta se trasladó a la Plaza de los mercedarios (donde el PSINDI ese del que ya hable por aquí). Recuerdo ese año porque corrimos los toros muy cerca y algún amigo acabó chamuscado.

Recuerdo muchas pandorgas, amalgamadas en una sola, todas lejanas, porque de las últimas 6 o 7 he huido. Ayer fue parecido, huimos en bici de una fiesta para la que hace tiempo que empezamos a ser un poco viejos.

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