lunes, diciembre 21, 2009

Halloweed by the name


Cuando tenía 15 o 16 años, salía del instituto a las 2. Llegaba el primero a casa, porque mis padres llegaban a las tres y mi hermana tenía más vida social que yo. Entonces iba al salón, abría el mueble que escondía el equipo de música, quitaba la tapa del plato DUAL que montó mi tío por piezas, encendía el magnetofón Philips que hacía de amplificador, sacaba uno de mis discos (por entonoces pocos), el Life after Death de Iron Maiden, más concretamente el segundo de este doble LP grabado en directo con motivo de la gira del Powerslave, llevaba la aguja hasta la primera canción de la cara A y sonaba Halloweed by the name. Heavy metal de más de 7 minutos, con un ritmo en continuo crecimiento y una de las primeras letras que aprendí de memoria, la historia de un condenado a muerte, minutos antes de ser ejecutado. Entiendo que no te guste, pero a mí se me sigue poniendo la piel de gallina, como hace 25 años, y si no me pongo a berrear como hacía entonces, es porque son las 12 y 6 de la noche, o sea, la 6+6+6, y no estaría bien visto...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ando de pasada por tu blog.
Me detuve principalmente por la entrada de Iron Maiden, que casualmente (o no tan casualmente) es mi grupo favorito.
No pude evitar acordarme de cuando yo misma cambié de gusto musical bruscamente, hacia el lado oscuro (ja, ja, ja) y mis padres lo atribuyeron a influencias de mi pololo en esa época.
Hasta el día de hoy le agradezco eso a él, que aunque no me influenció, si me la presentó, y aquello bastó para convencerme de que el Metal era lo mío.
Gracias por hacerme recordar eso.

caius dijo...

De nada Lina, es un placer, las canciones tienen la virtud de hacernos recordar lugares, momentos, personas, y eso las hace grandes.