sábado, noviembre 27, 2010

5º Comida anual con el 7º

Hace algo más de 4 años, cuando este blog daba sus primeros pasos, asistí a mi primera comida anual con la gente del 7º Piñón. Entonces no conocía a casi nadie, y a muchos de l@s que hoy son buen@s amig@s ni les hablé, cosas de mi timimdez supongo. En este tiempo he compartido muy buenos momentos con este cambiante grupo de gente, unidos en esencia por la bici y, sobre todo, el buen rollo y compañerismo.

Este año la ruta+comida anual fue en Alcázar de San Juan. La idea era recorrer las lagunas de la Mancha húmeda. Y tan húmeda, porque las lluvias de los últimos días convirtieron algunos caminos en una cantera de barro botijero que nos hizo sufrir... pero no pasa nada, ¡Somos Bikers!

Salimos de Alcázar por las lagunas, pasando junto a la del camino de Villafranca. Por entonces el barro del camino se pegaba como se puede apreciar en las ruedas, pero se podía rodar.

Tras cruzar por primera vez el Jigüela, y no pocas penalidades, llegamos a la gran laguna de Villafranca, pobladísima de fochas (si la foto está borrosa, es porque está tomada en marcha).

Poco más adelante llegó el infierno: un tramo arcilloso cerca del Jigüela que se pegaba a las ruedas aunque no fueras montado. El pegotón de barro se acumulaba en la horquilla y los puentes traseros hasta bloquear las ruedas. Si rodabas fuera de los caminos, las hierbas, mezcladas con el barro, hacían un adobe perfecto que no solo se pegaba, sino que además se compactaba. Lo dicho, una delicia.

Una vez pasado el barrizal, llegamos a una pista y cruzamos el río circulando por un curioso bosque de galería a base de Tarays, planta halófila donde las haya, que es lo único que crece en las muy salinas llanuras de inundación del río. Como comentábamos sobre la ruta, una muestra evidente de la teoría de la evolución, y de la adaptación de las especies vegetales a las condiciones de sus habitats.

Superado este tramo, llegamos a Quero, pasando por sus famosas casas troglodíticas excavadas en la roca caliza, algunas rehabilitadas y habitadas, otras desgraciadamente abandonadas.

Desde Quero, y puesto que íbamos algo retrasados, decidimos ir a Alcázar por la carretera, con el plato grande, zurrándole, estos máquinas me llegaron a sacar de punto!!!. En un santiamén en Alcázar, ducha reparadora, cañitas y comilona con la peña, un año más, un autentico lujo.

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