lunes, marzo 14, 2011

Maastricht: como España, más o menos

Tercera vista a esta fascinante ciudad holandesa de interior. Según te acercas en tren, por cierto, como se ve en la foto de abajo, de última tecnología, se perciben enseguida las diferencias con Bélgica nada más cruzar la frontera.

Del desorden, del caos de casitas e industrias allí y acá, se pasa a un territorio ordenado, con pueblos compactos, campos pulcros, bosques…, todo cosido por carriles bici poblados de señoras mayores pedaleando.

El tren llega a la estación y lo primero que llama la atención son los impresionantes aparcamientos cubiertos y vigilados de bicicletas, explotados por una empresa, que dispone de una tienda y taller en la misma estación… vamos como en España (no nos queda nada).

Sales de la estación, y otro enorme aparcamiento, esta vez no vigilado, lleno de bicis, alguna que otra abandonada. Piensas en coger una cualquiera para hacer turismo, pero la prudencia te dice, mejor andando.

A los pocos metros de la estación, en un bonito bulevar, encuentras un mercadillo de antigüedades y otros trastos, donde ¡oh, país avanzado! me compro uno de los 10 o 12 2cv que tenía un puesto, vamos como en España (regla número no sé cual, solo se compra uno, aunque haya más).

Sigues caminando entre multitud de peatones y ciclistas y, tras cruzar un puente peatonal, llegas al casco histórico, todo peatonal (como en España), y petado de tiendas de todo tipo, muchas franquicias, incluido Zara claro (como en España).

Una inmensa plaza sirve de mercado y punto de reunión de todo tipo de personajes, con un intenso tráfico de ciclistas mezclados en armonía con los peatones (como en España).

Sigues caminando y encuentras una iglesia, pero, al contrario de en España, está llena de gente. Resulta que la han convertido en lugar de cultura, en librería. El sitio, alucinante, pero no compras ningún libro, porque el holandés lo lees con dificultad.

Paseas entre rubias de 1.85 (como en España), y entras en una tienda de discos, y los Marillion tienen un apartado propio (son muy populares en Holanda, como en España).

Continuando el paseo encuentras una tienda de ropa para jóvenes con DJ que más parece una discoteca que una tienda. Como no soportas el volumen ni la música, sales despavorido, pero antes haces una foto a la decoración, porque esto si lo cuentas la gente no se lo cree.

Llegas a la plaza de la catedral, y la quieres visitar, pero la iglesia te cobra 4 € (menos que en España, pero como en España), pero decides que la próxima vez será, que lo importante de las ciudades está en la calle, y esto, de momento, es gratis, aquí y en España.

Continúas el paseo, y te encuentras en una plaza a una panda jugando al minigolf urbano... surrealista.

Otra iglesia que si es gratis te permite probar la impresionante capacidad para medir la luz de la Canon.

Sigues caminando entre tiendas y rubias de 1.90 (sí, cada vez parecen más altas), y llegas a una pequeña plaza a reventar de terrazas (aquí no esperan a que sea verano para tomarse algo al sol, no como en España).

Animado por la exposición de Lieja, te lanzas a hacer fotos a los collages urbanos.

Salen muchos chulos (esto es una opinión subjetiva) y, lleno de euforia, te propones hacer una serie y acabar exponiendo (una de tantas propuestas que probablemente no lleguen a nada, pero nunca se sabe…).

Paseando entre bicis, de asomas de nuevo al Mosa, donde han construido una bonita pasarela peatonal. Llegas a la estación y comprendes que claro, en Holanda, sí se pueden subir las bicis al tren, como no podía ser de otro modo.

Cansado, vuelves hacia la estación pensando en cuanto ganaríamos si les pagáramos un viajecito por estos lares a nuestros políticos, claro, que probablemente tendríamos que pagárselo al 80 % de los españoles… una pena.

2 comentarios:

Ana Black dijo...

hey!!

Verás voy este octubre a maastricht a pasar unos días, ya sabes estaba buscando lugares que visitar y tal... Quería preguntarte si podría decirme el nombre de esa tienda de ropa con DJ que esta repleta de altavoces :)

caius dijo...

No sé el nombre, pero está en una esquina de una especie de galería comercial que hay en todo el centro,junto a la librería iglesia. No tiene pérdida. Disfruta de la cerveza.