viernes, febrero 12, 2016

El hijo de Saul


Puf, complicada película. Muy complicada. Una historia extrema, la vida de los judíos trabajadores/colaboradores de los nazis en los campos de exterminio. En eso, uno que quiere enterrar "como Dios manda" a un niño, su hijo, cuyo cadáver se cruza casi casualmente en su camino... Chungo, ¿no? Pues por si fuera poco, el director rueda en un formato cuasi cuadrado, en un color poco saturado, y con la cámara siempre a muy pocos metros de la cara o, sobre todo, el cogote del protagonista. Esta técnica es impactante, y ayuda a transmitir la angustia de la situación, pero en algunos casos satura de más, de hecho, cuando de vez en cuando aparece un plano más convencional, dentro de lo que cabe, uno casi que respira aliviado. Hay que ser muy cinéfilo para disfrutar de esto, y en el fondo, no está nada mal.

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